Una tragedia hizo que Felipe preserve un oficio del que se habla poco en Mérida

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Felipe de Jesús tuvo que vivir una tragedia y superar un cuadro de depresión para preservar un oficio que le enseñaron sus abuelos, pero del que se habla poco en Mérida.

Texto: Leandro Chacón

Fotos: Kattia Castañeda

Mérida, Yucatán.- Sobre la calle 64 entre 39 y 37 del Centro Histórico de Mérida, hay un predio marcado con el número 354 que está dividido en dos. De un lado hay un bazar de antigüedades y del otro lado hay un taller donde Felipe de Jesús Acosta preserva un oficio del cual se habla poco: tejedor de muebles de petatillo.

En medio de figuras de luchadores, imágenes de la Virgen de Guadalupe, guitarras y un sinfín de objetos, Felipe de Jesús piensa que tenía como destino en la vida tener un taller de petatillo, el cual estableció hace nueve años luego de vivir un cuadro de depresión por la trágica muerte que tuvo su padre al ser atropellado.

Felipe de Jesús preserva un oficio del que se habla poco en Mérida: tejedor de muebles de petatillo.

Aunque todos los objetos que hay en el lugar tienen valor sentimental para Felipe, el más especial es el nombre de su taller: “Místico Jr. Chetete”, nombre que encaja más en un luchador, pero que en realidad es un homenaje para su padre y su sobrina, quien también se fue a ese lugar al que van las personas cuando mueren.

“A mi papá le decían el ‘Místico’. Entonces, una forma de honrarlo, fue ponerle al taller ‘Mìstico’; el ‘Junior’ fue por mí. Al poco tiempo, a los dos años, falleció mi sobrina de seis años. A ella le decían ‘Tete’ y a mi papá ‘Cheto’, entonces decidí juntar ‘Che’ y ‘Tete’. O sea, por ellos dos el taller se llama ‘Místico Jr. Chetete’”, recuerda para Voces Libres.

Aunque el 2012 fue el año que decidió establecer su taller, Felipe de Jesús cuenta que ser tejedor de muebles de petatillo es algo que realiza desde los 10 años, gracias a sus abuelos, quienes desempeñaban el oficio, el cual heredó él y su madre, quien ahora supervisa el bazar de antigüedades que está a lado de su taller.

“Viene de mis abuelitos. Ellos se lo enseñan a mi madre, pero yo lo aprendí con ellos”, comenta el hombre de 37 años, quien también presume preocupado que es el único de su familia que preserva el oficio de sus abuelos, un trabajo del que se habla poco en Mérida y que aún sobrevive entre la modernidad de los muebles.

Además de tejer de muebles de petatillo, Felipe colecciona figuras de luchadores y de los Caballeros del Zodíaco.

Además de tejer muebles de petatillo o repararlos, Felipe de Jesús ha aprendido a bordar muebles de metal con hilo de nylon, pero detrás de su oficio diario, otra de sus pasiones es coleccionador de figuras de luchadores y de los Caballeros del Zodíaco, aquel anime de los ochentas considerado uno de los 100 mejores de la historia.

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No sé si algún día le haga caso a la silla de petatillo que está rota en el comedor de mi casa, pero si alguien está interesado en reparar algún mueble de este tipo, pueden visitar a Felipe de Jesús en su taller de la calle 64 por 37 y 39, casi en el límite de la frontera norte del centro de Mérida con la colonia García Ginerés.

Esta nota fue pensada y elaborada por el equipo de Voces Libres. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.

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