Fotos: Leandro Chacón
Mérida, Yucatán.- Un nuevo escándalo sacudió a la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady). Un profesor, identificado como David J.S.M., fue denunciado por segunda ocasión por estudiantes universitarios, debido a sus prácticas anti-éticas como docente. El maestro obligaba a sus alumnos a leer versículos bíblicos y sus exámenes consistían en leer e interpretar dichos textos pese a que la materia era de Cultura Maya.
El maestro no sólo obligaba a leer la biblia a sus alumnos de la Facultad de Economía. Sobre él pesan quejas por conductas discriminatorias y de hostigamiento sexual contra estudiantes. La primera queja llegó en 2019, cuando David J.S.M. fue acusado de atentar contra un estudiante de la religión judía, a quien le expresó su odio. El caso llegó a la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán (Codhey) gracias a Uady Sin Acoso.
De acuerdo con Uady Sin Acoso, se llegó a la conclusión, ante un representante de la Universidad, que el maestro no volvería a involucrar su labor docente con la religión y, en caso de que sus acciones persistan, sería destituido. El 26 de mayo fue denunciado por obligar a sus alumnos a leer pasajes de la biblia, motivo por el cual la comunidad estudiantil exigió la destitución, la cual no ha sido pronunciada por la Uady.
La presión ejercida en redes sociales provocó que el 3 de junio, la Sociedad de Alumnos Economía 2021-2023 informara que luego de una reunión con el rector de la Uady, José de Jesús Williams, se llegó a la conclusión de que la asignatura Cultura Maya, impartida por David J.S.M. se dio por finalizada y se dijo que ya no impartirá materias de carácter obligatorio en la Facultad, tales como Responsabilidad Social y Cultura Maya.
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Al no existir una resolución transparente sobre el caso de David J.S.M., diferentes colectivos estudiantiles de la Uady y grupos feministas, se apersonaron en el edificio central para exigir transparencia en el caso y reiterar la petición de los estudiantes: la destitución del maestro. Encapuchados y encapuchadas llegaron con garrafones de agua, pancartas y banderas trans y empezaron a cantar: “Universidades libres de violencia”.
Sin dar su nombre, un encapuchado, que estaba siendo abrazado con la bandera trans, reunió a los medios de comunicación y dijo que, aunque el maestro ya no participará en las materias de Responsabilidad Social ni Cultura Maya, “ no se descartó que pudiese impartir materias optativas y libres”, lo que ha sembrado preocupación entre los estudiantes, ya que tampoco ha habido un pronunciamiento de la Uady sobre el caso.
“Nada nos garantiza que el profesor ya no usará sus horas de clase para continuar con sus discursos de odio a diferentes agrupaciones de la sociedad”. Pese a la preocupación de la comunidad estudiantil, el encapuchado nos menciona que estudiantes, docentes, investigadores, especialistas en derechos humanos, dirigentes estudiantiles y público en general, respaldaron su demanda a tener espacios universitarios libres de violencia.
Y es que las acciones de David J.S.M. son graves. El encapuchado, quien fue la voz de la comunidad estudiantil, señaló que a través de su derecho de réplica, el denunciado acabó por evidenciar su falta de ética y preparación que tiene para seguir como profesor como maestro universitario. Aunque se llegó a una conciliación con el docente, no existieron medidas que lograran que David J.S.M dejara de violentar a sus estudiantes.
“Fue nuevamente denunciado por agredir a personas trans, a la comunidad maya, a las mujeres por acoso y por violar el derecho de los estudiantes a una educación laica”. La exigencia de la transparencia en el caso no es suficiente para los estudiantes. “Como comunidad, mantenemos nuestra petición de la destitución del profesor”. El mensaje es claro, sobre todo porque en los últimos días han surgido más denuncias en su contra.
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El encapuchado finaliza su discurso diciendo que la falta de mecanismos y valoración de la Uady ha hecho que los estudiantes duden en denunciar. “De nada nos sirve un protocolo si nuestras voces no serán escuchadas y atendidas”. Antes de retirarse y perderse sobre la calle 60, los garrafones de agua empezaron a sonar, para dar voz a una sola voz y cantar: “Universidades libres de violencia” y “!David J.S.M. fuera!”.
