Ante falta de recursos, el MACAY ha cerrado sus puertas; no se sabe cuándo y si se abrirán, pero la directiva analizará, buscará y encontrará estrategias.
Foto y texto: Kattia Castañeda
Mérida, Yucatán.- Con una cámara fotográfica, recorriendo los pasillos del Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY), uno de los tres jóvenes que observan la exposición temporal Fernando García Ponce, se despide de él. Miguel Alberto Carrillo cuenta que fue a través de un amigo de redes sociales que se enteró que el sitio iba a cerrar de manera simbólica (no definitiva) y por eso aprovechó a visitarlo y a retratar lo que queda.
El MACAY, el único museo que se dedica a la promoción y difusión del arte moderno y contemporáneo en toda la península de Yucatán, cerró sus puertas este 28 de julio, a la una de la tarde, teniendo como testigos a los medios de comunicación, artistas y visitantes nacionales, internacionales y locales, tal y como Miguel, quien por segunda vez visita el sitio de arte.
Una tela negra cayó desde el segundo piso del recinto hacia el jardín central, como si fuese un telón, en medio de un duelo. Los medios capturaron el momento, mientras el director del museo MACAY, Rafael Pérez Pérez, decía que hoy se abrió un espacio de reflexión para toda la ciudadanía, pero particularmente para la comunidad artística e instituciones culturales, tanto locales, como nacionales, después de una gran batalla contra la burocracia cultural del Gobierno del Estado y la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta).
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Antes de leer un escrito, en el que expone la situación del MACAY, en cuestión presupuestal, comenta: “Nos chamaquearon”. No hay presupuesto para el siguiente semestre de este 2021; en el primero, apenas les dieron 2 millones porque en 2020, hubo recorte, pero todo fue parte de una estrategia electoral. “Esperaron pasar el mes de junio para decirnos que hay cero pesos”, dice. Antes de la actual administración, se contaba con una cantidad de 16 millones de pesos.
Mientras Miguel y los otros jóvenes continúan recorriendo el museo, en el patio central se comenta que hay un incumplimiento en el convenio de colaboración que fue firmado el 25 de noviembre de 1993 por el Gobierno del Estado de ese entonces y por eso es que se considera que el cierre temporal del MACAY: “es un acto de culturicidio, un acto sistemático contra la cultura por parte del ejecutivo Mauricio Vila Dosal”, pero se analizará, buscará y encontrará un camino que permita seguir trabajando en pro de la ciudadanía y desde el museo.
“Llamamos al Gobierno del Estado a propiciar el apoyo a la institución como parte de una estrategia de solidaridad a la comunidad cultural que se ve afectada con la toma de esta decisión y cumplir con el convenio antes mencionado”, dice el directivo, quien extendió el llamado a la Secretaría de Cultura de México, al Gobierno Federal, a los poderes legislativos, tanto locales como federales, y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
El director del MACAY, Rafael Pérez, dice que existe un incumplimiento en el convenio de colaboración firmado en 1993.
Actualmente el museo tiene unos 17 empleados. En 2020, antes de que la pandemia del Covid-19 llegara a nuestras tierras, se despidió a casi un 50 por ciento, pero eran muchos más que la cantidad mencionada. El MACAY se tuvo que despedir de varias áreas, tal y como de comunicación, y de los guardias de seguridad.
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Sobre las obras, la mayoría son propiedad privada. El inmueble tiene 15 salas para exposiciones temporales, dos galerías y cuatro salas permanentes, en las que se exhibe la obra de tres personajes, grandes en las artes plásticas: Fernando Castro Pacheco, Fernando García Ponce y Gabriel Ramírez Aznar.
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