Ramona era un loro, vivía encerrada y murió en una jaula. Fue víctima del tráfico de fauna silvestre que se vive en México; su historia y otras que no se cuentan, ha provocado una campaña para que ya no se compren loros.
Texto: Leandro Chacón
Fotos: Cortesía Proyecto Santa María
Mérida, Yucatán.- Ramona era un loro hembra. Vivía en una pequeña jaula dentro de una casa del norte de Mérida y ni siquiera le daba la luz del sol. Estaba pelona porque ella misma se arrancaba sus plumas debido a la “ansiedad” que le provocaba estar encerrada, además de que no tenía juguetes para picotear, según el diagnóstico de un veterinario.
Ramona también padecía “estrés”, ya que cada vez que su dueña encendía el horno de microondas, gritaba desgarradoramente. Un día, cuando Ramona no gritó como de costumbre, su dueña se percató que estaba tirada en la jaula. Estaba tiesa. Estaba muerta, lejos de su hábitat, tal y como sucede con otros loros de México debido al tráfico de fauna silvestre.
El caso de Ramona es sólo una historia más de las miles que no se cuentan. Es un ejemplo del tráfico de fauna silvestre protegida en México, un delito federal que involucra la extracción, acopio, transporte y comercialización de especies. Práctica que ha ido creciendo en el país, incluido Yucatán, que no es la excepción de esta actividad ilícita y bastante cruel.
Lanzan campaña para no comprar loros
Debido a lo anterior, Proyecto Santa María de Yucatán, junto con otras organizaciones, lanzaron hoy miércoles 17 de febrero la campaña “No compres loros silvestres”, la cual tiene como objetivo principal evitar el tráfico y comercio de fauna, así como concientizar y sensibilizar a la ciudadanía de que al comprar un animal silvestre sólo contribuye en su extinción.
Proyecto Santa María explica en un comunicado de prensa que con la campaña también “esperamos motivar a las autoridades ambientales de México a tomar medidas y escuchar las voces que pedimos acciones concretas, sobre todo la atención a un tema que ha sido en el mejor de los casos minimizado, pero no atendido correctamente (por diferentes motivos)”.
Como ejemplo, señalan que la ley mexicana prohíbe la tenencia de loros y aunque en teoría debería castigarse su comercialización, la realidad no es así, ya que miles de personas en México han comprado un loro para tener como mascota con un traficante de especies local, sin informarse de cómo cuidarlo, tal y como pasó con el caso de Ramona.
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Los traficantes de especies tampoco dicen que esos loros que venden alguna vez fueron crías, fueron extraídas de un nido, que posiblemente fue saqueado luego de que el árbol donde estaban fue talado o que su “mamá” fue asesinada. Tampoco dicen que ocho de cada 10 loros mueren en el proceso de captura, transporte y comercialización.
Proyecto Santa María explica que al comprar loros no se rescata al animal, “sólo somos cómplices que financiamos el cruel e ilegal negocio que sólo motiva a los traficantes a vender dos o más loros en un futuro”. “Tu dinero podría estar motivando el aumento de tráfico de aves en México”, comenta la agrupación en un comunicado de prensa.
Respecto a los decomisos que han hecho las diferentes autoridades de México, la agrupación explica que lejos de ser un triunfo, evidencian el fracaso de las estrategias de protección de la fauna silvestre en el país, ya que “no hay investigaciones serias que permitan la desarticulación de esas redes de tráfico y comercial ilegal”.
La campaña “No compres loros silvestres” contará con material audiovisual (vídeos, posters, spots) en español y lengua maya, que serán difundidas en comunidades rurales y serán enfocadas al público infantil, grupo utilizado para el comercio de aves, debido a que son una población inimputable ante las autoridades federales mexicanas.
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Además de Proyecto Santa María en Yucatán, también participan Bosque Antiguo, Defenders of Wildlife, Fundación Ornitológica Txori, Reintroducción de la guacamaya roja de los Tuxtlas, Observatorio de aves de la Huasteca Potosina, Salvando al Loro Huasteco, Sociedad de Ornitólogos Psittacidae, Teyeliz, entre otras agrupaciones.
Las imágenes de los loros no corresponden a Ramona. Fueron utilizadas únicamente para ilustrar esta nota.