Un grupo de colombianos radicados en Mérida se dio cita en el Monumento a la Patria para manifestarse por la crisis social que vive su país, la cual ha provocado muertes y desapariciones. “Todo está vuelto una mierda”.
Texto y fotos: Leandro Chacón
Mérida, Yucatán.-“Se volvió un caos, es una masacre”, esas fueron las palabras de Laura Venegas sobre la situación que vive su país Colombia, respecto a las violentas protestas en torno a una Reforma Tributaria que sólo ha provocado muertos y desaparecidos. La crisis social que vive el país sudamericano, hizo que esta colombiana, quien lleva 11 años viviendo en Mérida, se acerque al Monumento a la Patria para expresar su apoyo a la lucha que han emprendido sus compatriotas.
Laura no fue la única que se acercó al Monumento, también lo hizo Jimena Sánchez Pavolini, otra colombiana que lleva ocho años viviendo en Mérida y líder de la Asociación Colombianos Organizados (Color). La mujer, de 41 años de edad, explica que decidieron reunirse en este emblemático lugar, ya que la obra estuvo a cargo de Rómulo Rozo, un colombiano que en 1945 empezó a esculpir el Monumento, obra que concluyó en 1956 y que fue inaugurada por el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines.
“La verdad es tan triste no poder hacer nada. Todos estamos muy lejos y lo único que podemos hacer es acompañarlos de corazón y decirles que nuestra energía está con ellos”, fue el mensaje que la colombiana mandó a sus compatriotas. Sin embargo, confiesa que ver tanta muerte la hace llorar. Para rendirle homenaje a las personas que han perdido la vida durante las violentas protestas, ella, junto con Laura y demás colombianos en Mérida, guardaron un minuto de silencio en honor a las víctimas.
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La mayoría de los manifestantes iba con jerseys de la Selección Colombiana de Fútbol, para no estar diciendo que son colombianos. Algunos agarraban globos amarillos y otros banderas de su país. Cuando se sintieron como en casa, entonaron el himno nacional de Colombia. A algunos se les ponía la piel de gallina y otros cerraban los ojos para no llorar. Sabían que estaban a miles de kilómetros de distancia de la nación que los vio nacer, pero su espíritu estaba en las calles, luchando como los demás colombianos.
En la protesta había gente de Pereira, Cali, Barranquilla, Manizales, Villavicencio, Tolima, Santander y Bogotá. A nadie le importó eso, todos iban en nombre de Colombia, que está sumergida en una crisis. “Todo está vuelto una mierda”, me escribe por WhatsApp, María Pérez, una amiga a quien conozco desde hace años y que está casada con un mexicano. “Todos estamos encerrados por toque de queda”, me dice luego de preguntarle cómo estaba la situación en torno a la crisis social que se vive.
María, quien es originaria de Barranquilla, me explica que las protestas no han cesado porque en realidad la Reforma Tributaria no ha sido “tumbada”. “El man (Iván Duque) dijo que les iba a decir que la retiraran, (pero) quisieron darnos pan con atole. Pero todos dijeron ni madres, hasta que no haya un papel decretado, esto no se acaba”. Mi entrevistada me dice que además hay otras reformas que quieren hacer, como la reforma de salud, “que es malísima idea dejar desprotegido a la gente”.
Laura y María coinciden en que sí se deben hacer las reformas, pero no es el momento y señalan que son los jóvenes quienes están saliendo a protestar. “Están mamados de cierta forma porque se preparan y no hay oportunidades. Si emprenden cosas, el gobierno quiere por todos lados bajarles las ganancias, se inventan impuestos y aumentos sin razón y en nuestras caras se gastan la plata en cosas innecesarias”. Mi amiga María me dice que en Bogotá a las 8:00 de la noche ya no hay gente en la calle.
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Laura Venegas me explica a mí y a una televisora que lo que quiere el gobierno colombiano es que la gente pague más productos básicos. “No le puedes poner IVA a un huevo, por ejemplo. Estamos luchando para que no se logre la Reforma Tributaria”. Aunque María Pérez no participa en las violentas protestas de su país, me dice que hay gente muy valiente que sale a las calles sin saber si regresarán vivos. “Como se dice aquí, hay mucha gente verraca para parársela firme a quienes quieren vernos la cara de pendejos”.
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