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Pedro Infante, su paso por la calle 68 y su casa en las afueras de Mérida

Es posible que entres las calles de Mérida existan más historias sobre el cantante popular mexicano, Pedro Infante, pero Voces Libres te contará sobre su paso por la 68, rumbo al hogar que tuvo en la Avenida Itzáes y que actualmente es un hotel-museo. 

Texto y fotos: Kattia Castañeda

Mérida, Yucatán.- A un costado de la terminal de autobuses de la ciudad, entre la calle 68 y 70, en una casa color azul hay un letrero gigante con una fotografía de Pedro Infante. Una cafetería señala que el cantante, quien falleció el 15 de abril de 1957 en un accidente aéreo tras desplomarse su avión C-87 Libertador Express, después de partir del aeropuerto, llegó a comer ahí.

Patricia Hernández, nieta de la que era dueña del lugar, mientras atendía la caja y estaba al pendiente de las necesidades del mesero, lo confirmó y señaló que la calle 68 era el paso habitual del también actor al tener una casa en lo ahora es la Avenida Itzáes.

Sobre la calle 68 solía pasar Pedro Infante para ir a su casa que, en ese entonces, estaba en las afueras de Mérida.

En ese tiempo, es decir, hace más de 60 años, el arco de San Juan Bautista marcaba los límites de Mérida. Pedro Infante tenía su hogar en lo que eran las afueras, delante de un henequenal; y su paso obligado, era la 68, donde comenzaron a abrir negocios.

“Mucha gente (y que ahora no reside por dicha calle o ya falleció) recuerda verlo pasar por aquí. Era un área en el se comenzaba a vender alimentos, así que él iba a comer. Dicen que en la esquina (donde está colocado el letrero) había un bar y acostumbraba acompañar a sus amigos. Él no tomaba, a pesar de que en sus películas aparecía muy contento”, platica Patricia con una pequeña risa y reviviendo lo que los vecinos un día le contaron, quizá en su infancia.

El nombre de la cafetería, Petrópolis, no hace referencia al del cantante, si no a la abuela materna de Patricia.

La cafetería Petropolys que se estableció originalmente a un lado de la sucursal actual, en la calle 70, ya existía. Y aunque relacionaron su nombre con el intérprete de “No volveré”, no fue así. “Su nombre se debió a la mamá del dueño que se llamaba Petra”, asegura “Pati”, quien no logró conocer a su abuela materna.

La entrevistada, entusiasmada, dice: “te voy a contar la anécdota de una señora que sí conocí. Ella estaba sobre la 68, una cuadra más allá. Dice que tenía 15 años y que le habían dado un sobrinito para que arrulle. Entonces, se puso en la puerta y en ese momento pasó Pedro Infante en su moto y la chifló. Igual pudo haber sido que volteó y la miró, pero imagínate que una personalidad lo haga. Hasta tiró al niño. Le pusieron una (regañiza), pero nadie le quitó la emoción”.

Patricia nos platica lo que los vecinos le han dicho sobre el cantante popular mexicano, Pedro Infante, sobre la calle 68.

La cafetería que la gente visita por tradición o porque está en espera de su viaje en autobús, al interior tiene varias fotografías del compositor y en la fachada de su segunda planta que funciona como hotel, colocaron una lona que recuerda cuando Pedro Infante los visitaba y entraba con un tono alegre. Decía: “no comas hasta mañana lo que puedes comer hoy”, y luego comentaba: “Lleno pero por las dudas, comeré otro poco más”.  

***

En la calle 68, de todas las familias que residían, sólo la de Santos León, quien tiene un estanquillo llamado “La Popular”, perdura. Él, durante 70 años, ha sido testigo de varios acontecimientos, tal y como la inauguración de la Terminal de Autobuses de Mérida en 1968 por el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, pero asegura que nunca vio o conoció a Pedro Infante, sólo los vecinos le contaron que él frecuentaba la calle.

“La Popular” es de los primeros negocios que se instalaron sobre la calle 68 del centro de Mérida.

Sentado en la puerta de su negocio a un lado de su venta de tortas y enfrente de dos grandes neveras de refrescos, comenta: “Él andaba en una moto Harley (Davidson), de esas grandes, dicen. A la edad que tengo (70 años), no lo conocí. Estaba pequeño cuando murió (1 año)”.

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El señor Santos León tiene un estaquillo que se llama “La Popular” y ahí ha permanecido por unos 70 años.

Así como en la calle 68, es probable que existan en el estado más historias o relatos sobre el cantante, a quien cada 15 de abril lo recuerdan en el monumento que le colocaron cerca del sitio donde su avioneta se desplomó por accidente, en la “cuchilla de las cinco esquina”, al sur de la ciudad. ¿Tú conoces alguna? ¡Cuéntanos dejando tu comentario! 

Esta nota fue pensada y elaborada por el equipo de Voces Libres. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.

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