Mujeres derriban vallas y acusan: “Mérida no es blanca, es feminicida!”
Durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer evidencian que los feminicidios en Yucatán van a la alza y que no pararán hasta que se haga ¡justicia!
Durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer evidencian que los feminicidios en Yucatán van a la alza y que no pararán hasta que se haga ¡justicia!
Hartas el machismo que se vive en Kanasín, decenas de mujeres salen a la calle para evidenciar una de las problemáticas sociales que se vive en este municipio: la violencia doméstica.
Moisés Acosta Hoil tiene 16 años trabajando en La Ermita de San Diego en Tekax, al sur de Yucatán, y cuenta cómo el lugar, antes “guarida” de
Grecia Sosa es una mujer transgénero que dejó de verse a un espejo desde que abusaron sexualmente de ella y comenzó a enfrentar discriminación y restricciones a sus derechos en Mérida.
Ramona era un loro, vivía encerrada y murió en una jaula. Fue víctima del tráfico de fauna silvestre que se vive en México; su historia y otras que no se cuentan, ha provocado una campaña para que ya no se compren loros.
En el barrio de La Ermita, en el centro de Mérida, hay una tiendita de la esquina que le hace honor a su referencia; el responsable que siga funcionando pese a los embates de la modernidad es don Ricardo Hurtado, un campechano que ha sacado adelante a su familia con este negocio.
Naomi Arjona Rosas tiene 37 años, es una mujer transgénero que habla “a calzón quitado“, y más si es para defender sus derechos. Nació en Progreso y desde que planteó a sus padres que no se sentía Jared Nahun Arjona Rosas, la apoyaron, sin embargo, los desafíos como “Nina“, comenzaron cuando enfrentó a la sociedad.
La pandemia del Covid-19 le quitó su trabajo como “cerillito” a doña Josefina Vázquez, quien para no morir de hambre se tuvo que convertir en “viene-viene”, empleo del que dice es difícil siendo mujer.
Las muertes de Mariana Sánchez y Karla Jaqueline, en Chiapas y Yucatán, respectivamente, es el desenlace fatal de lo que pueden llegar a vivir estudiantes de medicina del país a la hora de hacer su servicio social en comunidades sin seguridad y remotas.
La familia Fernández es la principal cultivadora de tomates al sur de Mérida, en la subcomisaría Hunxectamán, y durante la pandemia del Covid-19, atravesaron situaciones de pérdidas.